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Café y té. Tan diferentes, tan iguales
El café y el té son dos bebidas estimulantes que siempre han ido de la mano. De hecho, para muchos es igual de comparable la devoción por estas dos bebidas. Hay mucha gente que sólo toma café y es un auténtico seguidor de la cafeína, mientras que otros no pueden sobrevivir sin su té que, como el café, toman a diferentes horas del día y de maneras diferentes.
Otros en cambio combinan las dos bebidas y las toman indistintamente, aunque los auténticos ‘adictos’ a estas bebidas sólo se decantan por una de ellas. Es cuestión de gustos y de predilección, pero desde un punto de vista objetivo hay muchas coincidencias y contradicciones entre estas dos bebidas que os vamos a desvelar en este post.
El nivel de cafeína
Tanto el café como el té tienen niveles de cafeína, lo que hace que, al tomar estas bebidas, nos sintamos despiertos y espabilados. No obstante, esos niveles no son los mismos. El café supera al té (cuya cafeína se llama teína aunque químicamente es la misma molécula que la del café). Mientras que el contenido de la cafeína en una taza de té es de aproximadamente 55 miligramos, en una taza de café, es aproximadamente de 125 a 128 miligramos.
Efectos antioxidantes
Tanto el té como el café tienen componentes antioxidantes que ayudan al organismo, hacen que nos sintamos mejor y prolongan el envejecimiento. Los antioxidantes del té protegen al organismo del estrés producido por los radicales libres y, además, reducen los niveles de colesterol en sangre. Por su parte, los antioxidantes del café regulan los niveles de azúcar en la sangre, y previenen los cálculos biliares.
Beneficios para la salud
El té tiene algunos ingredientes que proporcionan un gran alivio a trastornos inflamatorios y enfermedades como la artritis y también reduce la coagulación de la sangre. El café, por otro lado, es conocido por sus capacidades para proporcionar alivio al asma y la enfermedad de Parkinson.
Además, un estudio realizado por el Centro Médico de la Universidad de Utrecht, en Holanda, publicado demuestra que tomar té o café reduce de manera significativa el riesgo cardiovascular.
Aunque son muchas las similitudes, hay algunas diferencias claras entre estos dos tipos de bebidas:
– El café se extrae a partir de granos, mientras que el té se hace con las hojas de plantas.
– Culturalmente el café se asocia con un ritmo de vida más acelerado y se consume más en los países occidentales, mientras que el té se asocia con la tranquilidad y la elegancia y se consume más en los países orientales.
– Además, el consumo del té data de una época mucho más antigua que el café.
Los expertos señalan que aunque ambas bebidas tienen efectos beneficiosos y sirven para mantenernos alerta y despiertos. La diferencia entre el té y el café se puede deber más al gusto de cada cual o incluso al estilo de vida de la persona. Se suele asociar el café a personas más activas y nerviosas, mientras que la gente que consume té suele ser (o al menos ese es el cliché) gente más tranquila y espiritual. No obstante, en ambos casos está probado el efecto beneficiosos de ambas plantas.
Tanto el café como el té tienen multitud de variedades y tipos. En nuestra tienda puedes encontrar té verde, rojo, roybos, el té de jazmín, el té moruno… y más variedades. Así como infinidad de tipos de café: arábico, más suaves, intensos… que te ofrecemos en Sueca Expres en forma de prácticas cápsulas. Sin embargo, los amantes de una y otra bebida no suelen renunciar a su preferida y la defienden a ultranza. Y es que ya se sabe, se trata de dos bebidas, muy parecidas en algunos de sus rasgos pero distintas también en su esencia.
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Comenzaremos la magnífica y fructífera historia de la cafetera por el principio, los inicios de la cafetera en el mundo:
Fue a principios del siglo XIX cuando a un ingenioso farmacéutico francés, llamado Francois Antoine Descroizilles, se le ocurrió la brillante idea de unir dos recipientes de estaño o cobre comunicándolos con una chapa metálica repleta de agujeros a modo de colador. Llenó la parte inferior de agua y café molido y puso su invento al fuego. Tras unos minutos, cuando el agua llegó a ebullición subió al recipiente superior y aquella infusión resultante increíblemente había tomado el olor y el sabor del café. El invento fue bautizado por el farmacéutico con el nombre de “Caféolette” y así fue como se inventó la primera cafetera de la historia.
La cultura del café alrededor del mundo
Dependiendo del país en el que nos encontremos, el café se consume de manera diferente. Tomar café se ha convertido en un acto social y de culto en muchas ocasiones, que se realiza de diferentes maneras dependiendo del lugar en el que estemos.
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Conversaciones de coffee hipsters
El otro día en una cafetería de moda, me siento en la barra. Oigo que la persona que tengo al lado, mientras toma un espresso, le dice al barista: “Mi blend está sobreextraído”.
Me doy la vuelta y me encuentro con un típico prototipo de coffee hipster. El barista que era de la misma “tribu social” le responde que posiblemente sea así, aunque cabía la posibilidad de que estuviera apreciando los sabores amargos de un café con un toque excesivo de robusta.